13 de septiembre de 2011


 
 
¿Sabes cielo? Cuando te fuiste no me quedó ningún vacío en el corazón, que bah. En realidad, me dejaste empachada de ti. Un gran empacho de besos fresquitos y caricias que te hacer arder cada fibra de la piel. De abrazos que te estrujan los huesos y te quitan el pesar. Llenita de susurros que se quedan en escalofríos y palabras que se te graban en el corazón.

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