8 de mayo de 2010


¿Y qué si lo amo? ¿Qué tiene de malo que me haya enamorado de alguien que nunca en la vida voy a conocer? Si yo aprendí a vivir con esto, ¿no sería más fácil respetarlo y guardar silencio?
Ni siquiera yo sé como pasó, pero ya está, no hay vuelta atrás. No puedo dejar soñar con él, de imaginarme que sus canciones son para mí, sinceramente no puedo. Y soy consciente, yo sé que él nunca me va a querer, pero a mi me alcanza con saber que existe, no necesito asomarme a la ventana y verlo dándome una serenata que termine con un ‘te amo’ para ser feliz. Lo único que quiero, o mejor dicho necesito, es que él sea feliz, sin importar si se me parte el alma cada vez que lo veo con otra.
Y me cansa, me agobia, me harta que me recuerden que estoy a miles y miles de kilómetros de él, que busque por otro lado a alguien que también me quiera. Pero ellos no entienden que me hace bien enamorarme cada día más de su voz, de su presencia, de lo proyecta en el escenario y detrás de éste, que soy feliz escuchando sus canciones hasta cantarlas en sueños… No, no lo entienden.
Pero si fui lo suficientemente libre para enamorarme de él, nadie va a decirme a quien me conviene amar. Aunque lo haga, nunca va a ser lo mismo sino es él.
No pretendo que lo entiendan, sólo pido que lo callen, que me dejen vivir en mi mundo de fantasías por lo menos un día, que al volver yo sola me voy a dar cuenta que todo cambia en la realidad… Todo, menos la forma desmedida en que lo amo

No hay comentarios: