21 de julio de 2011

Todos tenemos un antes y un después en nuestra vida. Una persona, un suceso, algo que marca la diferencia entre quienes somos y quienes fuimos. En mi vida ese antes y después lo marcaste tú.
Antes de ti era yo y sólo yo quien era el ombligo de mi mundo. Me hiciste abrir los ojos y SENTIR. Me hiciste quererte sin pedírmelo. Fuiste la causa de muchos de mis desvelos, sonrisas y disgustos. Fuiste parte de mí; te anexionaste a mi ser y tu vida era mi vida; no había nada más. Y todo ese tiempo que antes dedicaba a mí misma, te lo regalé sin siquiera darme cuenta.
Antes de ti era yo y sólo yo. Tú te llevaste algo de mí, y yo me quedé con una pequeña parte de ti. Ahora yo ya no soy sólo yo y tú ya no eres parte de mi.
Gracias por abrirme los ojos, por hacerme crecer y quererte. Gracias por enseñarme a amar y a sufrir, por querer compartir mi vida y mis inquietudes con alguien; por hacer de mis días más que sólo míos. Gracias por sanar mi corazón y volverlo a romper; por hacerme humana.

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